
Así que pensé que visitar a mi abuelo Charlie, era lo mejor en estos momentos. Había pasado solamente 1 año desde que mis padres e incluyendo toda mi familia decidieron mudarse. Ellos decían que ya la gente iba a notar que no envejecían, que ya habían pasado 10 años, pero yo sabía que parte de la mudanza era por separarme de Jacob. Yo no quería tener una vida así. Tampoco quería coger clases con mis tíos o peor con mis propios padres, pero era imposible eso. No quería que cada ciertos años nos fuéramos y lo peor que nunca íbamos a volver a Forks.
Cuando al fin llegue al lugar en donde nací, donde mis padres se conocieron, donde se casaron, el lugar que ya nunca iba hacer mi hogar. Me sentía un poco nerviosa. No solo porque mi abuelo notara que crecí en muy poco tiempo, si no por encontrarme con el lobo más loco del mundo.
Estaba allí, al frente de la casa de mi abuelo, estaba nublado como siempre y lloviendo levemente. Mi abuelo estaba saliendo de la casa con una sombrilla para recoger el periódico.
-¿Renesmee?-dijo Charlie un poco desorientado
-Hola abuelo, sorpresa.-dije secándome las gotas de agua con un pañuelo.
- Pero muchacha, que rápido has crecido. Creo que me estoy volviendo loco o envejeciendo más rápido. Hace un año estabas entrando a ser una adolecente. –
-Abuelo, pero que cosas dices y no has envejecido, sigues igual.- dije abrazándolo aunque un poco preocupada.
- Está bien. Entra a la casa. Hace frio y está lloviendo y también te ves cansada.-por fin dijo
-Sí, claro.-dije aliviada. Espero que no haya notado el cambio de tono.
- Voy a llevar tu equipaje-
- No, está bien. Yo, las puedo llevar.-
-No y que estaba igual. Si no me dejas ayudarte, sentiré que en serio soy un viejo.- yo me reí y asentí con la cabeza.
Mi abuelo era muy terco. Mis tías me habían hecho el equipaje junto con Bella. No sé porque mis tías me hacia cargar con casi toda la ropa mía. Cuando saque una maleta me acorde a mi padre ya que era de el. Lo quería tanto y lo extrañaba aunque había pasado solamente unas horas, pero me encantaba pasar el máximo tiempo con mi padre. Mas que con Bella. A veces ella se daba cuenta de que me gustaba más la presencia de mi padre y que a veces yo aprovechaba la situación para que no me diera clases. Lo más que me gustaba era cazar con él. El me explicaba cómo hacerlo. Pero la mas que extrañaba era que nos íbamos los tres acampar. Me toque el cuello y se me había olvidado que llevaba puesto un collar que me había dado mi padre. El me lo dio antes de irme, me dijo que era de su madre. Me sentía orgullosa de llevar un collar de mi verdadera abuela. El me dijo que el collar tenía una pulsera, pero que desapareció y el no sabe quien se la pudo llevar. Mi abuelo me asustó porque me dió una palmadita en la espalda. Mi abuelo me ayudó llevando una maleta. Cuando terminé de llevar las maletas a la casa mi abuelo se sentó en una silla. Explicándome donde estaba cada cosa en la casa. Porque supuestamente la había remodelado completa.
-Te vas a quedar en el cuarto de tu madre. No dejé que lo cambiaran, el cuadrito esta igual. Me recuerdo tanto cuando ella decidió quedarse conmigo. Fue el día más feliz de mi vida, hasta hoy que se repitió otra vez.
- Ay, abuelo no digas esas cosas, solo vine a visitarte.-Aunque me encantaría vivir con él. La casa estaba igual aunque supuestamente la había remodelado. Mis últimos recuerdos fueron de las navidades pasadas. Me sentía protegida ahí adentro.
-Está bien, te dejo para que puedas desempacar.-