No sé cuánto tiempo pasamos en al auto, ni siquiera se en donde estamos. Pueda que estamos fuera de Italia y no me he dado cuenta. Jake está sentado en el otro extremo del auto, mirando con mucha atención el panorama. Heilyn no deja de dar algunas miradas a su marido. Quien no deja de mirar el auto de Edmund. Y al parecer ninguno tiene planeado comenzar una charla o algo semejante. Así que me dedico a pensar o articular. Cierro los ojos, trato al menos de dormirme o algo. Y de la nada comienzo a sentir que algo camina por mi brazo, miro con curiosidad y es un insecto. Lo sacudo, cuando cae al suelo lo piso, logrando las miradas de todos, Heilyn me mira confundida, Jake pareciera que le va a dar un infarto y John me mira por el retrovisor.
-Lo siento.- dije y todos volvieron a adoptar la misma forma que antes. Miro el suelo a ver si la cosa esa está muerta y claramente lo está. Y también está el bolso de Heilyn virado. Tal vez le di sin darme cuenta. Comienzo a recogerlo, tiene un cepillo, un espejo, un celular apagado, unas cartas y su billetera. Lo guardo todo, pero se cae un anillo. Es muy hermoso, antiguo pero hermoso. Es plateado, tiene pequeños diamantes en todo el aro y un diamante no tan grande en el centro. Adentro del aro hay una inscripción. “Para cuando salga por la puerta tengas la seguridad de que regresaré”. Es una inscripción extraña. Dispuesta a preguntarle a Heilyn John se detuvo con un frenazo e hizo que me diera con el sillón de al frente.
-Nessie ¿Estás bien?- me pregunto preocupado Jake.
-Lo siento cariño, es que al parecer Edmund se olvido de que lo estábamos siguiendo.- se disculpo John.
-Estoy bien, no se preocupen.-
-Bueno aquí vamos. Chicos no se separen de nosotros. Si Edmund los ataco, no me quiero imaginar a
Daniel.- dijo Heilyn.
-¿Daniel?- preguntamos Jake y yo al mismo tiempo.
-Es el hermano de Edmund, es un poco testarudo. Pero no se preocupen, con nosotros ahí y con
Clarence no les hará nada.-
Salimos del auto, Edmund nos esperaba al lado del suyo. Cuando nos vio salir comenzó a caminar por un camino escondido por plantas y arbustos. Yo mire a Jake quien también estaba mirando por el lugar que Edmund desapareció. Heilyn fue la primera en seguirlo, después seguí yo, detrás de mi estaba Jake y a lo último John. Según él era por precaución de que no atacaran a Jake por la espalda. Me sentía que caminábamos por un campo minado, solo que en vez de haber bombas atómicas había vampiros quizás llenos de venganza. Caminamos como unos quince minutos y llegamos a una especia de villa, aunque solo había como tres o cuatro casas. Están hechas de madera, algunas pintadas de blanco otras no. Todas estaban cerradas, no había nadie. Edmund siguió caminando hasta que se detuvo en una de las casas. Se acerco y la abrió, nosotros nos quedamos esperándolo afuera. Después salió.
-Han comenzado.- dijo mirándonos.
-Perfecto, será mejor así. Ya todos sabrán de nuestra llegada.- dijo John.
-No tan rápido O’Connell. Sabes perfectamente que no puedes irrumpir a la reunión, ya no eres parte de ella hace tiempo. Yo diría que demasiado.-
-Edmund hablas como si fueras humano. Sabes que para nosotros, especialmente para Clarence, mucho tiempo significa por lo menos un siglo.- dijo Heilyn abriendo paso a una gran casa que había al final. Edmund trato de detenerla lo que a John le enojo. Lo tomo por el brazo y lo empujo, pensé que destruiría una casa pero el pudo reabastecerse.
-De acuerdo, vayan pero no soy responsable de lo que ocurra.- seguimos caminando.
La última casa que pasamos estaba hecha cantos, destruida por el tiempo. En el camino, a los lados habían arboles que nos tapaban del sol. Y al final estaba la casa, hecha de ladrillos grises. Era gigantesca. Heilyn se detuvo en la entrada y miro a Edmund, este rodo los ojos, se acerco a la puerta y toco, de una manera extraña, por no decir divertida. Pasaron unos segundos cuando una chica rubia, de ojos café dorados sonrió al ver a Edmund pero cuando nos vio su expresión cambio.
-¿Qué es esto Ed? ¿No sabes lo peligroso que pudo ser…?-
-Lo sé Leslie, pero debía hacerlo. ¿Ya comenzaron?-
-Sí, hace unos minutos. Todos estamos reunidos.-
-Bueno vamos, Clarence se alegrara de ver esto.-
Caminamos hasta llegar a una puerta casi al final de la casa, ella la abrió y comenzó a bajar unas escaleras. Yo mire a Jake quien me sujeto por la cintura y me hizo bajar. Cuando bajamos ya escuchábamos unas voces. Ella toco dos veces y abrió. Entramos lentamente, cuando pude entrar me dio escalofríos. Era una habitación, la cual no tenía ventanas. Solo las velas alumbraban el lugar y una pequeña fogata. Había como veinte o quince vampiros. Todos tenían los ojos café dorado. De la nada todos se pusieron a rugir, como se nota que llego Jake. John se paró a nuestro lado y Heilyn en el otro.
-¡Basta chicos! Basta, ¿Es que no ven? Son nuestros queridísimos amigos.- dijo un señor, aunque no se veía tan viejo. Debe de tener más o menos la edad de mi abuelo.
-Clarence tanto tiempo.-
-John ven acá muchacho. Déjame darte un abrazo, no seas antisocial. Cualquiera diría que somos enemigos y no amigos. Y pensar que yo fui quien te convirtió.- John sonrió y se acerco. Se abrazaron por un largo tiempo. Después, cuando se alejaron él hablo.- Tu nuevo aroma es algo amargo, hijo.-
-Lo sé.- ellos comenzaron a reírse.
-Ahh, Heilyn, que bellas estas. No seas tímida, acércate. Te doy mi palabra de que no lastimare a tu lobito ni a la jovencita que lo acompaña.- ella se acerco de nosotros y abrazo al señor.- Me alegra de verlos, hace años que nos sabia de ustedes. Muchos vampiros decían que habían vuelto con los Volturis.-
-Créeme que si volvería con ellos será el día que tu lo hagas.- contesto John.
-Bueno no sean tan mal educados y preséntenme a sus acompañantes.-
-Claro.- Heilyn volvió por nosotros y nos acerco a él.- Clarence el es Jacob Black, nuestro ahijado.-
-Con que tú eres el causante de que mis chicos se alejaran de aquí.- dijo muy serio. Jake miro a sus padrinos un poco apenado, pero la risa de Clarence nos hizo saltar.- Me da mucho gusto conocerte chico. Créeme que le diste un giro de 180* a estos tortolitos. Dime Clarence o abuelo.- y volvió a reírse.
-Y ella es Renesmee Cullen.- el dejo de reírse, los demás comenzaron a comentar. El sacudió un poco su cabeza, miro a Heilyn pero ella solo sonrió.
-Dios santo. No lo puedo creer. Nunca pensé que conocería a la nieta de Carlisle.-
-¿Conoce a mi abuelo?- cuando le pregunte él volvió a sonreír.
-¿Conocerlo? Prácticamente somos hermanos, nos convertimos casi para el mismo tiempo. Estuvimos juntos con los Volturis, él se fue antes, después lo hice yo. No volvimos a vernos hasta en Chicago. Pero ya él había rehecho su vida. Tenía una familia cuando lo encontré y después dejamos de hablarnos.-
-¿Dejaron de hablarse?-
-Sí, es increíble ver como una amistad se rompe. Una amistad de siglos, pero de algo estoy seguro. Si él llegara a necesitar mi ayuda se la daré sin dudar. – Él miro a Heilyn, ella solo bajo la mirada.- Bueno estamos en una reunión bien importante. John tu habitación sigue siendo la misma, la que están a un lado están vacías. Puedes acomodar a tu ahijado y la señorita allí.- asintió y salimos de ahí.
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